Aún no se ha despertado el enano para poder abrir mi regalito pero estoy loquita de alegría ! tanto, que voy a dedicarle este post a todas las mamis del mundo (como si estuvieran leyendo esto.... jajajaj) y en especial a la mía, porque aunque la quiero un porrón, la quiero aún más desde que soy mamá.
¡Gracias mamá!
Y como estamos en un rollo muy pastelero, pues qué mejor que explicaros cómo hice la tarta por el cumpleaños de mi madre esta semana.
Llevaba muy tiempo queriendo hacer una tarta de rosas pero no me había atrevido porque reconozco que le cogí algo de tirria a los bizcochos...es que siempre que hacía uno al final se me hundía, no me quedaba bien hecho, se pasaba....no sé si es por la receta que utilizo o porque no la hago bien.
Pero el caso es que la ocasión lo merecía, así que volvía probar suerte. Como iba a utilizar un molde muy pequeño que tengo (tiene sólo 12 cm de diámetro) pensé que podía utilizar la receta de los cupcakes de vainilla que pongo en este post. Después de hacer la masa, dividí en tres partes y teñí dos de ellos en dos rosas diferentes (colorante rosa wilton, y colorante red extra de sugarflair). Los colorantes de wilton son un poco pastelitos, tengo que hacerme con colorantes brillantes ya! El red extra de sugarflair es el único con el que podrás conseguir un tono rojo de verdad, por cierto.
El caso es que después de leer mil tesis por internet sobre los bizcochos y su naturaleza (éste de Velocidad Cuchara me ayudó mucho), esperar con paciencia los 30 minutos y ver que el palillito salia seco, pude ver que habían quedado bastante decentes. Repetí el horneado tres veces (por cada color) y voilá, aquí está el resultado, después de haberlos cortado. Bonitos, ¿verdad?
Otro de mis miedos era que se desmoronasen así que también después de buscar por internet, la maestra Alma me dio la solución en este post que está fenomenal, sobre cómo hacer los bordes rectos en una tarta alta. En esta ocasión, yo lo rellené con buttercream de vainilla.
Y finalmente, a ponernos a decorar la famosa tarta de rosas. Normalmente se utiliza una boquilla 1M, o 22 para hacer las rosas, pero como mi tarta era mini, pues utilicé una boquilla 16 de wilton.
Para que sea más cómodo recomiendo utilizar un estante giratorio. Yo empecé por los bordes, pero creo que daría igual por dónde empezar. Para hacer las rosas de buttercream, hay que mantener la manga 90 grados con la superficie, empezar en el centro, mantener en el mismo lugar y con un giro de muñeca ir abriendo los círculos.
Un poquito de decoración caserilla y aquí está el resultado final!
ñam, ñam, ñam!!!